Leonor de Borbón es la hija mayor de don Felipe y doña Letizia. El próximo 31 de octubre cumplirá trece años. Una fecha importante y que significa un paso adelante en su preparación como heredera. Poco a poco, Leonor se va sumergiendo en sus obligaciones reales. Se la ve desenvuelta y tranquila. Sin embargo, su cumpleaños le ha deparado un regalo inesperado. Una lección de vida que le hará tomar conciencia de que no es una niña como las demás.
Un colegio blindado
Antes de que Leonor y Sofía empezaran en el Santa María de los Rosales, el colegio era un remanso de paz con las normas habituales en cualquier centro escolar. Sin embargo, la llegada de las hijas de los reyes todo lo cambió. Por ejemplo, la asistencia a las funciones escolares que protagonizan los alumnos del centro está reservada únicamente a los padres. Ni abuelos, ni tíos ni ningún otro miembro de la familia tiene acceso a las mismas.
El control para acceder al salón donde se desarrolla el espectáculo que protagonizan los alumnos no se lo salta nadie. Los padres y madres deben presentar la documentación. Y por si lo anterior no fuera suficiente, las fotos están prohibidas. Así las cosas, los padres deben conformarse con las imágenes y vídeos que graba una empresa y, posteriormente, son repartidos entre las familias.
