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Corinna vuelve a la primera plana para enfado de Juan Carlos I

Corinna vuelve a estar esta semana en boca de todos. Y la que viene también, ya que este domingo el controvertido comisario José Manuel Villarejo se sienta ante Jordi Évole en ‘Salvados’ y el tema de la «amiga entrañable» saldrá a colación. Recuerden que este ex policía ya acusó hace dos años al presidente del CNI de chantajear a Corinna, de la que Pilar Eyre no tiene buena opinión, tal y como trasciende en una carta abierta publicada en Lecturas: «Sí, ha sido usted la amiga entrañable del rey de España durante seis años y conoce los problemas de nuestro país, incluso ha intervenido en negociaciones de altura, ay, amor, cuántas estupideces se cometen en tu nombre.
Corinna vuelve a la primera plana para enfado de Juan Carlos I
Sí, pero… Es usted una pelmaza imponente, princesa. Deje usted de hablar de su relación con Juan Carlos y de los problemas españoles, que el rey habrá estado muy enamorado de usted, pero ¿nosotros qué culpa tenemos? ¿Y el actual rey, que debe leer toda esa bazofia cursi que viene de su boca? ¡Qué Felipe tiene madre, señora! ¡Y nosotros, los ciudadanos, también tenemos nuestro corazoncito! Y puestos a elegir rubias que hayan merecido el favor real, nos quedamos con Bárbara Rey, que encima es de Totana y hace paellas. Vaya desfilando, amiga, que estamos hasta el gorro… rubia teñida… desaboría… donde esté nuestra totanera… mecachis, ni una palabrita más… La salida al fondo a la derecha…». Pero ahí no queda la cosa…

Corinna vuelve a la primera plana para enfado de Juan Carlos I
En otro pasaje la periodista ponía en pie su tesis: «‘Él está obsesionado con ella, y ella está embarcada en un estilo de vida irreal«, me señaló otra persona del entorno del rey que dice conocer bien los recovecos de la vida privada de CSW. Esa primavera, la caricatura de CSW como mujer diabólica se abrió paso por los mentideros madrileños: su mal carácter; su manera de darle al rey «carrete cuando conviene y de recogerlo cuando hace falta en un perfecto ejercicio de manipulación», y hasta la escena que CSW le montó al monarca en pleno hall de un hotel de Venecia frente a un grupo de personas que habían viajado con él en el mismo avión en el que ella no fue invitada. Ese dibujo iba acompañado de otro: un monarca mayor, débil, asustado, que llegaba al final de su vida en completa soledad. Aquí, de nuevo, las visiones difieren. Según unos: «Ella era la única que le hablaba claramente, que se reía de él, que le gritaba cuando hacía algo inaceptable y que lo trataba normal, como un ser humano, no como un rey'».