comscore

Mila Ximénez gana su particular batalla contra Carmen Borrego: ¿por qué sus compañeros de Sálvame tragan con sus salidas de tono? 

Ambiente cargado en Sálvame. El linchamiento de estos últimos días contra Carmen Borrego, defendida tímidamente por su hermana Terelu y por Belén Rodríguez, tiene una evidente ganadora: Mila Ximénez. La ex de Manolo Santana ha logrado consolidar su teoría: la hija hasta hace unos meses poco conocida de María Teresa Campos es para la mayoría de tertulianos de Sálvame el topo de Bigote Arrocet y la «mala malísima» de este culebrón.

Podría ser que la teoría de Mila sea cierta: Carmen muestra una imagen amable e inocente en televisión mientras filtra a las espaldas de su madre con dos oscuros objetivos: ganar dinero y dinamitar la pareja. Pero, ¿por qué la cúpula de Sálvame traga con las salidas de tono, gritos humillantes y toda clase de improperios de esta señora? No se sabe, pero hasta los que menos comulgan con ella, Kiko Matamoros, respetan silentes sus griteríos porque entre bomberos no se pisan la manguera.

 

Mila Ximénez gana su particular batalla contra Carmen Borrego: ¿por qué sus compañeros de Sálvame tragan con sus salidas de tono? 

Recuerden que Mila, que pocas veces habla de su etapa en el ABC del famoso Anson y ahora calla sobre su época de mesas camilla con «Encanna», volvió a la primera plana mediática gracias a tirar por los suelos a Isabel Pantoja, «sucia, oscura y siniestra» según la susodicha en Aquí hay tomate. Estas declaraciones le dieron pasaporte hacia las tertulias de A tu lado y Salsa Rosa. También a Crónicas Marcianas, programa del que recuerda un nefasto recuerdo por las formas de Sardà entre bambalinas y los modos de Coto Matamoros sobre las tablas.

El hermanísimo de Kiko peloteaba al director de Marte en el camerino mientras linchaba bajo los focos a triunfitos, frikis varios y personajillos del corazón. Todo un Robín Hood. Y ella tragaba. Cuando la etapa de estos programas acabó, Mila tras prudente año sabático, regresó a la televisión gracias a Sálvame. Y comenzó en la eterna tertulia en un buscado segundo plano, eclipsada por el huracán Belén Esteban, pero siempre mantuvo su sitio gracias a «el lado oscuro» formado por Kiko Matamoros, Kiko Hernández y ella, siempre presta a linchar desde al famoso de turno al apocado y efímero nuevo colaborador. Todo unos Robin Hoods mientras cantaban cada cierto tiempo sobre las virtudes de sus directores. Es decir, como Coto Matamoros.

Pero Mila tiene la batalla por dos razones: la primera es que la cúpula mira hacia otro lado sobre sus salidas de pata de banco. La segunda es que Terelu Campos en estos últimos días ha pasado de verdugo a víctima, papel que le viene de perlas y solo cuenta con un pero: María Patiño le busca la boca por las supuestas intromisiones laborales de su madre. Carmen por su parte espera mientras Sálvame ceba la que podría ser la próxima invitada del Sábado Deluxe: la hija de Bigote. Mila, que habitualmente tacha la cobardía de algunos compañeros, no se corta a la hora de pegarle a Belén Rodríguez, con escaso peso en el programa, para darle en el trasero a las Campos, familia a la que le lame las botas tras las cámaras antes de ejercer el papel de «Pepito Grillo» en Las Campos, en Sálvame Naranja o donde toque. Hay en ella algo de odio de clase, «mimadas y enchufadas» parece querer decir sobre el clan televisivo. Pero nada y guarda la ropa. Así cualquiera…