Nicole Kidman es una adicta al bótox. Antes de que empezase con los pinchazos irreversibles, Kidman tenía una belleza especial.
Hemisferio sur, Australia, y en 2006, tras sus apoteósicos papeles en Moulin Rouge o Las Horas, la actriz se convirtió en la intérprete mejor pagada del planeta. La edad juega en nuestra contra y ella se niega a perder esa batalla. Lifting, botox, kilos de maquillaje, cirugía… Todo por y para mantener la eterna juventud.