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Aída Nizar, ¿el oscuro objeto de deseo de Toño Sanchís para convertirla en su nueva gallina de los huevos de oro?

Tras casi cuatro años vetada en Telecinco, tras su controvertido despido de Sálvame, regresó por la puerta grande Aída Nizar a la cadena amiga. La vallisoletana volvió exultante a la televisión, reciclada en los últimos tiempos como coach y subida por su familia a los altares como «la gran deseada Aída» al haber colapsado la web de Telecinco ante la pregunta: «¿Consideras que Aída Nizar debe volver a la televisión?»

La ex de Gran Hermano, Supervivientes, A tu lado o Crónicas Marcianas, donde fue tildada de «hija de puta» por parte de Xavier Sardá antes de amagar con despedirla por haberle faltado el respeto a un chico en silla de ruedas, logró el billete de vuelta a la cadena con la intención de inyectar vida y polémica a una anodina edición de Gran Hermano VIP que llevaba los mismos discretos caminos de la edición anónima que condujo Jorge Javier Vázquez.

Aída Nizar, ¿el oscuro objeto de deseo de Toño Sanchís para convertirla en su nueva gallina de los huevos de oro?

Telecinco le levantó el veto y Aída, con mucha energía, estabilizó la tambaleada casa de Guadalix de la Sierra sembrando de broncas su paso por el concurso. Pero uno de sus actuaciones más llamativas dentro de la casa fue su comentario posicionándose al lado de Belén Esteban en su guerra con Toño Sanchís. La ex granhermana había chocado con La Princesa del Pueblo por haber llevado en 2005 a DEC unas fotografías de la de San Blas buscando en la basura, en unas condiciones estéticas mejorables, sembrando la duda de las adicciones que la tertuliana reconocería en un libro años después.

Es por ello que Belén se negó a compartir plató en Sálvame con Aída Nizar, que sin embargo afirmó en GH VIP que «Belén es una tía muy generosa, tremendamente generosa (…) Toño Sanchís ha jugado con dos cosas de Belén, su generosidad y su ignorancia, porque efectivamente Belén es profundamente ignorante». Pese al palo, Aída creía en ella y ponía todas sus dudas sobre la actuación económica del manager. Pero Toño se hizo de su capa un sayo, se tragó sus palabras y esperó a la vallisoletana con los brazos abiertos tras su expulsión, «eres lo mejor del concurso» le llegó a decir ante las cámaras.

Tras la gala, Toño colgó una fotografía junto a Aída Nizar en las redes sociales, quizás intentando acercarse a ella en su intentona de regresar a la primera plana televisiva uniendo a su catálogo a un animal televisivo tan contrastado. Según Alia Nizar, hermana de la susodicha, Aída tiene bolos cerrados en discotecas hasta final de año. Por lo cual, su efectividad está fuera de toda duda. Y Toño, más listo que inteligente, sabe que no podrá vivir durante mucho tiempo en la profesión representando a Olvido Hormigos o a Ángela Portero, por lo cual necesita a Aída para regresar.

Porque Sanchís ha quemado en los últimos meses la mayor parte de sus efectistas cartuchos disponibles: entrevista en las revistas rosas, cantante en Levántate All Stars, concursante en GH VIP, bloguero en Lecturas, tertuliano guadianesco en El programa de Ana Rosa, etc. Los más de 100.000 euros que se embolsaba anualmente con Belén han terminado en agujero y Toño sabe que la familia Nizar tiene un gran futuro: de hecho María Ángeles Delgado, madre de la polemista, suena con fuerza para la próxima edición de Supervivientes, operación que podría llevar a Aída Nizar a estar presente en diversos platós defendiendo a su progenitora.

Aída Nizar, ¿el oscuro objeto de deseo de Toño Sanchís para convertirla en su nueva gallina de los huevos de oro?

El principal problema para Sanchís es Sálvame, donde no solo cuenta con Belén como enemiga: Kiko Hernández ya ha prometido en su blog de Telecinco.es que nunca más volverá a nombrar al manager y Jorge Javier Vázquez pidió su cabeza hace unos días en Telecinco por sus alegrías tuiteras sobre las bajadas de audiencia de sus programa: «Yo no entiendo que Toño, trabajando en esta cadena, y ganando dinero de esta cadena, se le permita hacerse eco de las malas noticias que afectan a programas de esta cadena. Yo, desde luego, no lo permitiría (…) Me parece que deberían tomar cartas en el asunto y empezar a darte un toque. Y si hay que echarle, se le echa. Hay que querer a las empresas para las que trabajas y, si no estás a gusto y si no te alegras del éxito de los demás, porque además tú cobras dinero gracias a que esto vaya bien, pues a tomar por saco».