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Los diez verdaderos motivos para odiar a Paz Padilla y no sentirte culpable en absoluto

Paz Padilla es humorista pero, en ocasiones, carece de sentido del humor. Tiene una salidas de pata de banco. Le falta empatía y azuza sin piedad. Lo suyo no es presentar. A veces duelen los oídos de las patadas que le pega al diccionario. Su relación con Sálvame es de amor-odio. Varias veces ha estado a punto de abandonar el buque insignia de las tardes de Telecinco pero la cúpula la ha frenado. Son numerosas las broncas en directo que ha tenido con los colaboradores. La realidad es que la mayoría prefiere a Jorge Javier o a Carlota antes que a ella. Y qué decir de su aversión a la prensa del corazón trabajando ella donde lo hace. ¿Eres fan de la humorista? ¿Te encanta su manera de ser? Pues sigue leyendo nuestras diez razones para odiarla y cuando llegues al final habrás cambiado de opinión.

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Durante el juicio de la pieza separada de la Operación Malaya en que se juzgaba a Isabel Pantoja, Paz se despachó a gusto contra la tonadillera. Le dijo de todo. Que si no había derecho a que se hubiera aprovechado de dinero público, que si tal, que si cual… La verdad es que entonces su discurso era coherente. Sin embargo, cuando su marido, Juan Vidal, fue imputado en la causa contra los jefes del Servicio Andaluz de Empleo por los cursos de formación pagados con fondos públicos, oh, cielos, enmudeció. Ni una sola palabra salió de su boca para reprobar el comportamiento de su chico, ni en plató, ni en la calle. Por cierto, que huía como alma que lleva al diablo cuando veía a un reportero asfáltico. Pero tal como ella pregona, ¿no hubiera sido mejor pararse y contestar? Pues ya ven que no porque Paz es la ley del embudo, lo ancho para mí y lo estrecho para ti.