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Nick Gordon tendrá que pagar 33 millones de dólares por la muerte de la hija de Whitney Houston

El pasado 11 febrero de 2012, una de las cantantes más exitosas de la Historia de la música fallecía en una habitación de hotel de Califonia. No era otra que Whitney Houston, a quien habían encontrado muerta bocabajo en una bañera llena de agua caliente. Aunque la droga no fue la causa de la muerte, la autopsia reveló que la artista falleció por una combinación de fallo cardíaco debido al abuso de la cocaína.

En octubre de ese mismo año 2012, su hija, Bobbi Kristina Brown, anunció su compromiso con Nick Gordon, un amigo íntimo de la familia a quien Whitney había adoptado legalmente como hijo. El anuncio del compromiso fue tomado con cierta incredulidad dentro de la familia pues Bobbi siempre se refirió a Gordon como su «hermano mayor».

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No fue mucho más tarde, en 2015, cuando la sombra de la desgracia volvía a llamar a la puerta de la familia Brown-Houston, Bobbi Kristina, era encontrada inconsciente en una bañera de agua caliente, cayó en coma y murió a los seis meses. Y la historia se repetía.

El pasado mes de septiembre, Gordon fue declarado «legalmente responsable» de la muerte de su pareja por haberle suministrado supuestamente un «cóctel tóxico» antes de abandonarla en la bañera de la vivienda que ambos compartían por entonces.

Es hoy cuando se ha publicado que un juez de Atlanta ha condenado a Nick Gordon, hijo adoptivo de Whitney Houston y viudo de su hija, a pagar 33 millones de dólares (unos 36 millones de euros) por negligencia en el homicidio de Bobbi Kristina.