
Ella presumía que podía ocurrir. Al menos es lo que ha contado a su círculo más próximo. Chenoa ha vuelto a tener una cuota de popularidad solo equiparable a los tiempos en los que anunció que había roto con David Bisbal. Vuelven los fantasmas del pasado, las preguntas incómodas y las guardias de los fotógrafos a las puertas de su casa, situada en un barrio obrero de Madrid. El debate sobre la cobra está en la calle. Pero parece que afronta sus últimos coletazos. Y es que, tras el desmentido de uno y otra es lógico que adquiera menos importancia.
Pero a Chenoa se le abre un frente muy importante. Su padre biológico -que ya apareció hace unos años en televisión- ha vuelto con fuerza. José Carlos Corradini ha concedido una entrevista a El Mundo para acusar a su hija de no tener compasión con él: «Estoy sin jubilación y sin ayuda, me sorprende que alguien que pregona por el hambre de los chiquitos de África y se olvida del padre biológico, hay algo que no cuadra».



